La leche es una bebida ampliamente consumida que es esencial para la dieta de varios millones de personas en todo el mundo porque proporciona importantes macro y micronutrientes. La leche es reconocida como útil durante la niñez y la adolescencia por su composición, esto se debe a la cantidad de proteínas para el mantenimiento y desarrollo de las estructuras corporales, así como a la presencia de ácidos grasos básicos.
El consumo de leche aporta una serie de beneficios a la salud que, por su composición, son difíciles de suplir con otros alimentos. Según la FEN, una dieta con suficiente cantidad de lácteos proporciona hasta el 33% de las necesidades de proteínas diarias.
Su alto contenido en calcio y vitamina D favorece el desarrollo y mantenimiento de los huesos, además, estos elementos también inciden en la buena salud de los dientes.
El alto contenido en proteínas afecta positivamente al control del sobrepeso y la obesidad. Esto se debe a la sensación de saciedad y disminución del apetito que produce la leche.
Asimismo, el consumo de leche con bajo contenido graso contribuye a evitar la aparición de enfermedades cardiovasculares. Además, se ha detectado una menor incidencia de diabetes tipo 2 entre los consumidores habituales de productos lácteos.